Hola, soy Dario!
Nací en Málaga y me crié en Estepona, con una madre escocesa, un padre español y una mezcla de culturas que siempre me hizo sentir entre dos mundos. Desde pequeño tuve claro que lo mío era moverme, descubrir, salir de lo conocido. A los 14 me fui solo a Dinamarca a visitar a mi familia después de meses ahorrando… y desde entonces no he parado de soñar con el siguiente destino.
Siempre he sentido esa dualidad dentro de mí: por un lado, las ganas de construir algo mío, tener estabilidad, libertad financiera. Y por otro, la necesidad de explorar, de vivir sin mapas, de ser libre en el sentido más profundo.
Durante mucho tiempo pensé que tenía que elegir. Que o montaba un negocio o vivía viajando. Pero ahora ya no me creo eso. Quiero ambas cosas. Quiero poder vivir del camino mientras lo recorro.
Este blog nace de esa intención: demostrarme (y ojalá también a ti) que se puede vivir viajando, sin renunciar a crear algo propio, que te sostenga y te inspire.
No busco solo ver sitios bonitos. Busco experiencias que me cambien, que me despierten. Quiero probar todo lo que pueda de este mundo tan grande, aunque no me dé tiempo a verlo entero.
Si tú también estás entre dos mundos, si sueñas con algo más pero aún no sabes cómo llegar, acompáñame. No tengo todas las respuestas, pero tengo ganas de descubrirlas contigo.
1
Posts escrito
17
Países visitados
Un nuevo comienzo
Puede sonar a cliché, pero va en serio: quiero convertirme en un emprendedor digital, vivir viajando mientras trabajo y despertarme cada mañana con ganas de descubrir algo nuevo. ¿Idílico? Puede. ¿Posible? También.
Todos hemos visto a bloggers y creadores que lo consiguen, pero solemos pensar que eso no es para nosotros… ¿Y si sí lo es? No pienso quedarme quieto mientras esa posibilidad existe.
Ya he emprendido en el mundo físico y, tras años de esfuerzo, el trabajo ha dado sus frutos. Ahora empieza una nueva aventura, en digital… y con mucho más mundo por recorrer.



Y sí… aunque diga todo esto, tengo mis dudas. Mis idas y venidas, mis altibajos. La dualidad sigue viva dentro de mí: la de quererlo todo y, al mismo tiempo, sentir que tal vez no pueda con ello. Pero hay una cosa que tengo clara: algún día voy a morir. Eso es seguro. Y vivir como si fuésemos inmortales es una trampa peligrosa.
A veces lo imagino, ese momento final, siendo consciente de que ya no hay vuelta atrás. Y me da miedo arrepentirme de no haber vivido todo lo que soñé. Cosas como entrenar muay thai en Tailandia, vivir con los monjes shaolín en China, perderme en la vida rural de Wyoming, aprender a bailar bachata, hablar un idioma nuevo… Son tantas pequeñas locuras, tantos sueños pendientes.
¿Y si no los empiezo ahora? ¿Cuándo?
No quiero arrepentirme. Por eso, este camino empieza hoy.